29 ago 2018

La vida misma. Cambiando la vestimenta. Vestido Vogue 1550.



En los últimos tiempos he cogido dos o tres kilos que se obstinan en permanecer a mi lado y que además se me plantan en los sitios que me resultan más inconvenientes, o sea, cintura y adyacentes.

No suelo emprender metas que sé de antemano que no voy a cumplir, así es que las dietas son un elemento que no forma parte de mi vida.


Como ya se sabe que este aumento de peso no responde sólo a una cuestión alimentaria, sino también a un cambio hormonal propio de mi edad, he decidido no luchar contra lo inevitable, porque la puritita verdad es que tampoco estoy por la labor de sacrificar ese aperitivo rico o esa cervecita fresca cuando los calores del mediodía veraniego te reclaman algún “detalle” con tu propio cuerpo.


Así es que mejor ir a lo práctico que angustiarme buscando milagros: Mejor caminar, caminar, nadar y volver a caminar... y en eso ando.


Os preguntaréis a qué viene todo esto... Sí, es verdad, pues viene a cuento de que casi sin darme cuenta he ido adoptando un tipo de ropa algo distinto al que venía usando: mejor prendas que no sean entalladas a partir de la cintura; pueden ser ajustadas a la altura del pecho, pero tirando a holgadas en la parte inferior, evitando así el efecto “saco”, que me sienta fatal.

Este vestido que os enseño hoy es de esos que puede llevar airosamente cualquier persona que esté entre la talla 6 y la 22 .


Es el Vogue 1550, diseñado por Paco Peralta.  Está en versión vestido y túnica, y va acompañado de pantalones en dos largos, tal como muestra el esquema siguiente.


He utilizado la talla 10 que es la que mejor me ajustaba en hombros y pecho, aunque dejando sólo 1 cm. de margen de costura, en lugar del 1,5 cm. que recomienda el patrón; para la parte inferior no he tenido problemas dado que se trata de un corte amplio. (Normalmente para la parte inferior suelo utilizar un par de tallas más).


He optado por la versión más sencilla –sin el precioso detalle insertado longitudinalmente en el centro-. En realidad quería probar el patrón sin complicarme demasiado.

Lo he cosido en dos telas de lino muy fino que ya tenía en casa, pero como de ninguna de ellas había bastante cantidad puse la estampada en el delantero y la lisa en la espalda, y ya ves, el resultado me parece hasta chulo😃. 


Resulta de fácil ejecución, va forrado únicamente hasta el pecho y el forro va rematado con biés en la parte inferior.


Las esquinas inferiores que quedan sueltas están rematadas en inglete, y dan un aspecto muy pulido a la prenda.




El escote me quedó un pelín amplio de más, como creo que se puede advertir en las imágenes, (y es que la ligueta no se la puse al cortarlo, sino después de haber manipulado la tela: no se puede pecar de exceso de confianza). Así que para cubrir un poco el escote tan bajo, le puse una aplicación de tela que bordé siguiendo el propio dibujo del estampado. Y me gusta como ha quedado.


La única modificación que hice fue dejar los hombros ligeramente más caídos.


Qué os parece el resultado?. Os gusta?

En breve os enseñaré otro vestido muy distinto, pero que sigue la misma idea que os comentaba antes.

Y aprovechando que es miércoles, enlazo con MIMI, en el Club de las Malas Costureras.



1 comentario:

  1. ¡Ay, Mary Carmen! Me siento taaaan identificada. Con motivo de mi convalecencia cogí unos buenos kilos, y no, no estoy dispuesta a renunciar a los placeres de la vida (comida rica y bebidas refrescantes, jijiji), así que toca moverme un pizco y coserme ropa nueva, porque ninguna me sirve 😬😬😬. ¡La excusa perfecta para probar nuevos patrones! El vestido es precioso, y te queda estupendamente. Me encanta que lleve telas distintas en el delantero y trasero, y la aplicación de tela bordada en el escote, lo hace aún más bonito. Un besote, artista.

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